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EL CID: MITO Y REALIDAD

Esquema comparativo entre los hechos históricos/biografía de Rodrigo Díaz de Vivar y su versión legendaria-literaria, centrada especialmente en el cantar de gesta anónimo medieval (Cantar de Mio Cid, CMC), pero atendiendo también a otros textos literarios.

EL CID: MITO Y REALIDAD

HISTORIA LEYENDA / LITERATURA
Hacia 1043: nacimiento del Cid en Vivar (Burgos), hijo del infanzón Diego Laínez  

 

Ciclo de las “Mocedades del Cid”

 

Se educa como guerrero en la corte de Sancho II de Castilla (primera batalla: Graos, 1963; a lo largo de su vida campañas por Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante)
1072: muerte de Sancho en el cerco de Zamora (doña Urraca); pasa al servicio de Alfonso VI de León Romances del cerco de Zamora (doña Urraca y el traidor Vellido Dolfos) y

La jura de Santa Gadea

1074: matrimonio con doña Jimena Díaz, hija del conde de Oviedo En el Romancero, Jimena es hija de un tal conde Lozano, muerto por el Cid en un duelo.

Jimena pide justicia al rey y se acaba casando con el Cid

Rodrigo y Jimena tendrán dos hijas y un hijo: Cristina será madre del futuro rey de Navarra; María se casará o bien con Pedro de Aragón y Navarra o bien con el Conde de Barcelona (según fuentes) En el CMC no se nombra al hijo varón y las hijas, doña Elvira y doña Sol se casarán con los infantes de Carrión, serán afrentadas en Corpes y, finalmente, tendrán segundas bodas con los infantes de Navarra y Aragón,
1081: primer destierro (por los tributos) y servicio al rey moro de Zaragoza, Al-Muqtadir, como mercenario El destierro es el punto de partida del CMC.

No se nombra el servicio del Cid a los reyes musulamnes, al contrario, se configura como un héroe de la cristiandad

1085: el rey Alfonso toma Toledo  
1089: segundo destierro (falta de auxilio a Alfonso en el cerco de Aledo, Murcia) En el CMC sólo existe un destierro
1090: el Cid derrota y captura al conde de Barcelona, Berenguer Ramón II (batalla de Tévar) Este episodio sí aparece en CMC
1092: reconciliación del Cid con el rey Alfonso Estos 2 episodios aparecen invertidos en el CMC: tras previos triunfos (ej. Castejón y Alcocer) y envío de presentes al rey, el Cid conquista Valencia y obtiene el perdón real junto a las bodas de sus hijas con los Carrión
1094: definitiva conquista de Valencia
1086, 1090, 1097… Diversos desembarcos de los almorávides para ayudar a los musulmanes de la península. El rey Yusuf intenta reconquistar Valencia (también tratan de hacerlo el conde Barcelona y el rey de León) CMC: Gran batalla contra Yusuf en defensa de Valencia y triunfo del Cid
1099: muerte del Cid VIctorias legendarias del Cid, ya muerto, a caballo al frente de sus trpas…
Fuentes históricas coetáneas:

Cristianas (en latín): Carmen Campidoctoris y Poema de Almería (añadido al final de una crónica latina sobre el reinado de Alfonso)

Árabes: cronistas Ibn Bassam e Ibn Alqama

Fuentes literarias:

Cantar del Mio Cid (1100?, 1140?… versión conservada de hacia 1200)

Romancero (siglo XV)

Fragmentos prosificados en las Crónicas

 

EDIPO REY / ÈDIP REI (Greek tragedy with vegetables)

Storyboard:

ELS SOMNIS

El somni és un jardí del diable, i en aquest món tots els somnis ja han estat somiats fa molt de temps. Ara, no fan més que bescanviar-se amb la realitat, igualment utilitzada i desgastada, com una moneda que passa de mà en mà…

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CERNUDA: SCHERZO PARA UN ELFO

Delicada criatura:
No deseo a mi voz
Que turbe el embeleso
Amarillo del bosque,
Tu elemento nativo
Por los troncos oscuros
Sustentado hasta el cielo.Yo quisiera, por este
Atardecer translúcido,
Denso tal un racimo,
Trazarte huella o forma,
Pulsando ramas, hojas,
Tú con el viento en duda.

Difuso aroma, vagas
Con paso gris de sueño,
Te pierdes en la niebla
Que exhala el estanque,
Pensamiento gracioso
De un dios enamorado.

Inspiras todo el aire,
Bajo tu magia abre,
Como una flor, tan libre,
El deseo del hombre
Con un alto reposo
Que alivia de la vida.

Siempre incierta, tal eco
De algún labio, a lo lejos
Entre aliso y aliso
De nórdica blancura,
Vibra tu esbelta música
Y en un fuego suspira.

¿Acaso el amor pesa
A tu cuerpo invisible,
Y sus burlas oscuras
Sobre el mundo recuerdan
En ti, anhelo eterno,
A nosotros efímeros?

Sonríe, dime, canta,
Si eres tú ese arrebato
Que lleva hojas ardientes,
Dejos de tu guirnalda,
Con pasión insaciable
A realizarse en muerte.

¿Mueres tú también, mueres
Como lo hermoso humano,
Hijo sutil del bosque?
Te aquietas por el musgo,
Callas entre la niebla,
Alguna nube esculpe,
Iris de leve nácar,
Tu hastío de los días.

Aún creo ver tus ojos,
Su malicia serena,
Tras las desnudas cimas,
Por el aire, profundo
Y ya fríos, con la noche
Que imperiosa se alza.

Juan Benet: Pertinax (una fábula)

DESPUÉS DE CARNAVAL, EL VERDADERO CARNAVAL, LAS AUtÉNtICAS MÁSCARAS…

Al despedirse le advirtió, con un tono de Cierta severidad:

-En ausencia mía no deberás visitar a Pertinax. Cuídate mucho de hacerlo, pues de otra suerte puedes provocar un serio disgusto entre nosotros.

La mujer permaneció en su casa obediente de las instrucciones de su marido, quien a su vuelta le interrogó acerca de las personas que había visto en su ausencia.

-He visto a Pertinax -repuso ella.

-¿No te advertí que no fueras avisitarle? -preguntl él con enojo.

-No fui yo a visitarle. Fue él quien vino aquí en ausencia tuya.

Fue el marido en busca de Pertinax y le preguntó: -¿Qué derecho te asiste para visitar a mi mujer en mi ausencia?
-No fui a visitar a tu mujer -contestó Pertinax, sin perder la calma- sino a ti, pues ignoraba que te hallaras ausente de tu casa. En lo sucesivo deberás advertírmelo si no deseas que se produzca de nuevo esa circunstancia que tanto te mortifica.
No satisfecho con tal explicación, el marido ingenió una estratagema para averiguar las intenciones de Pertinax y descubrir la índole de las relaciones que mantenía con su mujer. Despachó a ésta de la casa con un pretexto cualquiera, y disfrazándose con sus ropas, envió un criado a Pertinax para comunicarle que hallándose en su casa esperaba ser honrado con su visita.
Pero la mujer, recelosa de la conducta de un marido que se comportaba de manera tan desconsiderada y averiguando en parte sus intenciones, decidió -disfrazada de Pertinax- volver a su casa para representar el papel que deseaba que presenciase su marido.

Por su parte Pertinax, al advertir que la mujer se hallaba sola en la casa, contrariamente a las noticias que había recibido, se disfrazó de su marido, sin otra intención que la de descubrir la intimidad de las relaciones que les unía.

Así pues, cuando el falso Pertinax -que no era otra que la mujer- se rindió a la casa para cursar la visita a la que había sido invitado, se encontró con que el matrimonio le estaba esperando, a diferencia de lo que había presumido.

La circunstancia en que se vieron envueltos los tres era análoga para cada uno de ellos, pues los tres sabían, cada cual por su lado, que uno al menos de los otros dos se hallaba disfrazado, sin poder asegurar cuál de ellos era, ni siquiera si lo estaban los dos. En efecto, cualquiera de ellos podía razonar así: si sólo hay uno disfrazado debe haberse disfrazado de mí, puesto que yo lo estoy de él, y, por tanto, el auténtico sólo puede ser aquél de quien yo estoy disfrazado. Ahora bien, como no está disfrazado, no tiene por qué saber que lo estamos nosotros y, por consiguiente, al no tener ninguna razón para suponer una mixtificación no lo romperá. Y sí, por el contrario, lo están los dos, el que está disfrazado de mí es aquel de quien yo no estoy disfrazado, del cual ignora si está disfrazado o no. Así pues, no es posible saber quién está disfrazado de quién, a menos que uno -atreviéndose a revelar las intenciones que le llevaron a adoptar tal disfraz- se apresure a descubrir su identidad ante los demás, cosa en verdad poco probable.
En consecuencia -debieron pensar, cada cual por su lado–, si queremos preservar nuestros más íntimos pensamientos e intenciones, hemos de seguir disfrazados para siempre, lo cual, si cada uno ha elegido con tino su disfraz, no cambiará nada las cosas.

MERCÈ RODOREDA: POEMES

PENÈLOPE
 
Em compta el temps la marinada amarga,
la mar amb son abominable crit!
La mel dintre la gerra s’ha espessit
i els brots que vas deixar fan ombra llarga.
 
Oh xaragall lluent! La seda blanca
serà la lluna de la meva nit;
l’arbre cairat, capçal del nostre llit,
estén encar un pensament de branca.
 
Esquerpa, sola, tota fel i espina,
faig i desfaig l’absurda teranyina,
aranya al·lucinada del no-res.
 
Un deix d’amor arran de llavi puja
i mor com una llàgrima de pluja
al viu del darrer pètal que ha malmès.
 
PLANY DE CALIPSO
 
Jo veig la teva terra nua i roent, deserta,
vora la mar en fúria sota un penya-segat,
el teu palau de pedra com una boca oberta
i l’erm on brunz la vespa i on famejà el ramat.
 
Jo sóc allò que es deixa, allò que fuig i passa:
l’oreig entre les fulles, l’estel que ha desistit,
el doll que riu i plora i aquella tendra massa
dels xuclamels que aturen un instant més la nit.
 
T’he volgut meu per sempre, cansat de mar i onada,
segur en la meva carn, corba i mal exaltada,
estranger que t’entornes cap a la teva mort.
 
Ara voldria ésser lleó que juga i mata
o l’olivera immòbil en son furor retort,
però al pit m’agonitza un escorpí escarlata.

 

«Hi ha els prodigis. Vegeu per exemple el cas de Mercè Rodoreda. Un dia, a París, vaig dir-li, amb gran sorpresa seva, que per què no feia versos. Al cap d’un any escrivia els seus extraordinaris sonets sobre passatges de l’«Odissea»: estic més content d’aquella intuïció que de cap dels meus poemes.»

Josep Carner

rodoreda

http://www.mercerodoreda.cat/es/autora-poesia.php

 

 

 

rodoreda-1 quadres de Mercè Rodoredaimages

MÁS MUÑECAS (Y MUÑECOS)

Hablando de muñecas (y muñecos), sin duda la más célebre de todas, dejando a parte el retablo de maese Pedro del Quijote (2, XXVI),  es Nora, la protagonista de la simbólica «Casa de muñecas» (1879), el clásico teatral del dramaturgo noruego Henrik Ibsen, quien con su personalidad consigue dejar de serlo.

También tenemos la novela «El valle de las muñecas» y su adaptación cinematográfica (novela de Jacqueline Susann, 1966 y película de Mark Robson, 1967), pero las «muñecas» más famosas del cine son las que se relacionan con tipos duros, detectives nocherniegos y crepusculares investigadores privados del cine negro, especialmente el norteamericano: ellas con la apariencia de Lauren Bacall y ellos con el aspecto de Humphrey Bogart:

En música aquí tuvimos la «Noia de porcellana» (1968) de Pau Riba y la «Maniquí» (1975) a la que Sisa quería hacer madre:

Abundaban en la chanson française, además de la fascinante «Poupée qui fait non» (ver post anterior), la «Poupée de cire et de son» de France Gall (1965):

Y otra eurovisiva «Puppet on a String» de Sandie Shaw (1967):

Pero en francés sobre todo recuerdo la muñeca de Georges Brassens, que decía «mamá» cuando la tocabas, «Je me suis fait tout petit» (1956), y que adaptó al castellano Paco Ibáñez, «Por una muñeca me hice chiquitín» (1979):

Quedan para el final las «Wild puppets» (1982) posmodernas de La Mode:

Y toda la caterva de muñecos, muñecas, títeres, marionetas y replicantes que pertenecen a la familia extensa (con la que no nos relacionamos demasiado) y de momento me quedo con estas tres, las míticas «Blade Runner» (1982) y «Pesadilla antes de Navidad» (1993) y la lamentable «Novia de Chucky» (1998):

A LA ESPERANZA VUELVO

A la esperanza vuelvo, a la madera
que construyó mis días importantes,
a la extraviada primavera
de antes.

A la justicia de mirarlo todo
como si me perteneciera,
que en fin de cuentas no hay un modo
de abandonar el hambre de la fiera.

Carilda Oliver Labra (Cuba, 1922)

carilda

BAUDELAIRE

CHARLES BAUDELAIRE (1821-1867)

Correspondances
La Nature est un temple où de vivants piliers
Laissent parfois sortir de confuses paroles;
L’homme y passe à travers des forêts de symboles
Qui l’observent avec des regards familiers.

Comme de longs échos qui de loin se confondent
Dans une ténébreuse et profonde unité,
Vaste comme la nuit et comme la clarté,
Les parfums, les couleurs et les sons se répondent.

Il est des parfums frais comme des chairs d’enfants,
Doux comme les hautbois, verts comme les prairies,
– Et d’autres, corrompus, riches et triomphants,

Ayant l’expansion des choses infinies,
Comme l’ambre, le musc, le benjoin et l’encens,
Qui chantent les transports de l’esprit et des sens.

La Creación es un templo de pilares vivientes
Que a veces salir dejan sus palabras confusas;
El hombre lo atraviesa entre bosques de símbolos
Que lo contemplan con miradas familiares.
Como los largos ecos que de lejos se mezclan
Con una tenebrosa y profunda unidad,
Vasta como la luz, como la noche vasta,
Se responden sonidos, colores y perfumes.
Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,
Dulces tal como oboes, verdes cual las praderas
Y hay otros, corrompidos, ricos y triunfantes,
Que tienen la expansión de cosas infinitas,
Como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,
Que cantan los transportes de sentidos y espíritu.

A une passante
La rue assourdissante autour de moi hurlait.
Longue, mince, en grand deuil, douleur majestueuse,
Une femme passa, d’une main fastueuse
Soulevant, balançant le feston et l’ourlet;

Agile et noble, avec sa jambe de statue.
Moi, je buvais, crispé comme un extravagant,
Dans son oeil, ciel livide où germe l’ouragan,
La douceur qui fascine et le plaisir qui tue.

Un éclair… puis la nuit! – Fugitive beauté
Dont le regard m’a fait soudainement renaître,
Ne te verrai-je plus que dans l’éternité?

Ailleurs, bien loin d’ici! trop tard! jamais peut-être!
Car j’ignore où tu fuis, tu ne sais où je vais,
Ô toi que j’eusse aimée, ô toi qui le savais!

La avenida estridente en torno de mí aullaba.
Alta, esbelta, de luto, en pena majestuosa,
Pasó aquella muchacha. Con su mano fastuosa
Casi apartó las puntas del velo que llevaba.
Ágil y ennoblecida por sus piernas de diosa,
Me hizo beber crispado, en un gesto demente,
En sus ojos el cielo y el huracán latente;
El dulzor que fascina y el placer que destroza.
Relámpago en tinieblas, fugitiva belleza,
Por tu brusca mirada me siento renacido.
¿Volveré acaso a verte? ¿Serás eterno olvido?
¿Jamás, lejos, mañana?, pregunto con tristeza.
Nunca estaremos juntos. Ignoro a dónde irías.
Sé que te hubiera amado. Tú también lo sabías.

Remords posthume
Lorsque tu dormiras, ma belle ténébreuse,
Au fond d’un monument construit en marbre noir,
Et lorsque tu n’auras pour alcôve et manoir
Qu’un caveau pluvieux et qu’une fosse creuse ;

Quand la pierre, opprimant ta poitrine peureuse
Et tes flancs qu’assouplit un charmant nonchaloir,
Empêchera ton coeur de battre et de vouloir,
Et tes pieds de courir leur course aventureuse,

Le tombeau, confident de mon rêve infini
(Car le tombeau toujours comprendra le poète),
Durant ces grandes nuits d’où le somme est banni,

Te dira: «Que vous sert, courtisane imparfaite,
De n’avoir pas connu ce que pleurent les morts?»
– Et le ver rongera ta peau comme un remords.

Cuando duermas por siempre, mi amada tenebrosa,
Tendida bajo el mármol de negro monumento
Y por tibia morada y por solo aposento
Tengas, no más, el antro húmedo de la fosa;
Cuando oprima la piedra tu carne temblorosa,
Y le robe a tus flancos su dulce rendimiento,
Acallará por siempre tu corazón violento,
Detendrá para siempre tu andanza vagarosa.
La tumba, confidente de mi anhelo infinito
(Compasivo refugio del poeta maldito)
A tu insomnio sin alba dirá con gritos vanos:
«Cortesana imperfecta -¿de qué puede valerte
Denegarle a la vida lo que hoy llora la muerte?»
Mientras -¡pesar tardío!- te roen los gusanos.

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SOBRE LA METAMORFOSIS II: IMPLACABLE KAFKA

Para Kafka, la literatura será ese “refugio interior” del individuo, el lugar donde busca su identidad dentro del colectivo, en este caso, la familia, pero también, por extensión metafórica, la sociedad o el estado; una colectividad que se edifica sobre la eliminación de diferencias y la igualación despersonalizadora y represiva. El primer nivel de esta lucha, y el más inmediato, es el familiar, centrado en la figura del padre: “si quería escapar de ti, tenía que hacerlo también de la familia, incluida mi madre” (y aquí se apuntan lecturas psicoanalíticas). Voluntad y autoridad luchan por desembarazarse una de otra, romper esa falsa relación que sólo se sostiene por un resignado equilibrio impuesto desde fuera: “era un elemental deber de familia sobreponerse a la repugnancia y resignarse”. El rechazo es recíproco: “la tortura tiene para mí una gran importancia y sólo me preocupo de sufrirla o de infringirla” (Cartas a Milena). Como Lautréamont, desea Kafka sembrar el desorden en la familia: “no sólo perdí el sentido de la familia […] era absolutamente negativo, consistente en la íntima separación de ti” (CP). No hay solución posible: “La causa de la imposibilidad inmediata de lograr un equilibrio justo […] dentro de este animal familiar radica en la falta de equivalencia que existe entre sus partes constitutivas, es decir, en la enorme supremacía del poder de los padres frente a los hijos” (de una Carta sobre la educación de los niños).

La transformación/metamorfosis de Samsa es, pues, una provocación deliberada. No obstante, la familia reacciona y se impone: el territorio del individuo –la habitación de Gregor- es invadido por las fuerzas desimbolizadoras (le retiran los muebles  efectos personales, se convierte en un trastero lleno de suciedad; Samsa se aferra al retrato de una mujer que cuelga de la pared…). La estrategia de Kafka es coupar esas pequeñas zonas que el padre deja libres –extendido transversalmente sobre un mapamundi (CP)- y tratar de unificarlas (Jordi Llovet: no hay insularidad, sino transversalidad y, como conseciuencia, universalidad). Fracasados los intentos de liberación por la religión (CP: “tampoco el judaísmo pudo salvarme de ti”) o por el matrimonio (CP: “En realidad, los proyectos matrimoniales fueron el intento más grandioso y esperanzado de salvación, aunque luego, evidentemente, no fue menos grandioso el fracaso final”), el intento de realizar la sutura del cuerpo fragmentado lo llevará a cabo la literatura, transformada en campo de batalla: “con tu aversión atacaste de un modo más acertado mi actividad de escribir […] En dicha actividad había conquistado de hecho cierta independencia respecto a ti, aunque esa independencia recordaba un poco a la del gusano” (CP).

Oponiendo la Poesía a la Prosa hubiera salido derrotado. Pero Kafka instala su obra en la mayor sencillez, en la claridad absoluta, con una prosa casi de informe jurídico o de acta notarial: ¡qué absolutamente terribles resultan la lógica, tranquilidad y humanidad de los razonamientos y sentimientos de ese ser aparentemente monstruoso!, ¡qué inerme la prosa cuando se la ataca desde dentro, usando el Símbolo, pero también la Ironía y el Humor!

“Con mi actividad literaria y todo lo que ésta lleva consigo he efectuado pequeñas tentativas der independizarme, de evadirme, con un  éxito casi nulo” (CP). En este “casi” reside la salvación.

El final de La metamorfosis es otro guiño irónico: la hermana, Grete, también se ha transformado, es ya una mujer hermosa en edad de casarse, es decir, independizarse de los padres legítimamente (con su beneplácito o con su manipulación) y formar su propia familia. Este círculo cerrado era, paradójicamente, una de las aspiraciones vitales de Kafka: lo que le separaría del padre pero, a la vez, le pondría a su mismo nivel, esa altura tan odiada: Pero Kafka tuvo que elegir entre Vida y Literatura y optó por su literatura, esa literatura “sin propósito estético alguno, y menos literario” (Hermann Broch) de la que hizo su vida.

No cuenta el triunfo ni la derrota, al fin y al cabo precisa de ambos momentos (CP: “Si se evade, no puede efectuar dicha transformación, y si la efectúa, no puede evadirse”), sino la necesidad implacable de la lucha. El resultado final puede ser la muerte del individuo-hijo-insecto-artista-escritor (piénsese también en el relato La condena), pero el texto, como el ejemplar de La metamorfosis que Franz dejaba en la mesita de noche de Hermann Kafka, queramos o no, nos acecha con su desgarrada y excesiva realidad.

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