Archivo diario: 17 enero, 2010

EL RAYO VERDE

Husmeando por ahí he encontrado un vínculo secreto entre tres creadores que estimo: Cortázar, Verne y Rohmer, y el hilo común que los une es el misterioso milagro atmosférico del RAYO VERDE. Parece ser que Julio Cortázar, seducido por el libro del francés, logró por fin ser testigo directo de ese fenómeno. Así  lo describió en «Mi rayo verde»:

«Del sol quedaba un último, frágil segmento anaranjado. Lo vimos desaparecer detrás del perfecto borde del mar, envuelto en el halo que aún duraría algunos minutos. Y entonces surgió el rayo verde, no era un rayo sino un fulgor, una chispa instantánea en un punto como de fusión alquí­mica, de solución heracliteana de elementos. Era una chispa intensamente verde, era un rayo verde aunque no fuera en rayo, era el rayo verde, era Julio Verne murmurándome al oído: ‘¿Lo viste al fin, gran tonto?»

O en voz de Julio Verne:

«¿Habéis observado el sol cuando se pone en el horizonte del mar? Sí, sin duda alguna ¿Lo habéis seguido hasta que la parte superior del disco desaparece rozando la línea del horizonte? Es muy posible. Pero ¿Os habéis dado cuenta del fenómeno que se produce en el preciso instante en que el astro radiante lanza su último rayo, si el cielo está completamente despejado y transparente? ¡No, seguramente no! Pues bien, la primera vez que tengas ocasión -¡se presenta tan raramente!- de hacer esta observación, no será, como podría presumirse un rayo rojo lo que herirá la retina de vuestros ojos, sino que será un rayo verde, pero un verde maravilloso, un verde que ningún pintor puede obtener en su paleta. Un verde cuya naturaleza no se encuentra ni en los variados verdes de los vegetales, ni en las tonalidades de los mares más transparentes. Si existe el verde en el Paraíso, no puede ser mas que este verde, que es sin duda, el verdadero verde de la Esperanza».

Aquí tenéis un link a una web especializada donde se explica el fenómeno: http://weblogs.madrimasd.org/astrofisica/archive/2006/04/30/20663.aspx

Y unas imágenes de ese verde que ningún pintor puede reproducir: